La política del hijo único en China

China es el segundo país con la mayor población del mundo, con más de 1.400 millones de personas.

Con tanta gente, el gobierno de china, hace un tiempo, tomó medidas para controlar la cantidad de población en este país. ¿Sabías que durante un tiempo a la mayoría de los chinos solo les permitían tener un solo hijo?

Viajemos atrás en el tiempo, a la década de 1970. En ese momento, China enfrentaba un crecimiento poblacional sin precedentes. Para controlarlo, implementaron la famosa política del "Hijo Único" en 1979. Esta política limitaba la mayoría de las parejas a tener un solo hijo. ¿El objetivo? Reducir la explosión demográfica y sus desafíos.


El caso de China y su Política del Hijo Único

El estallido de la Revolución Cultural, campaña de masas ideada por Mao contra los altos cargos del partido, hizo que la situación demográfica quedara en segundo plano y durante los años entre 1966 y 1969, hasta que pasaron las tensiones de esta revolución político-social, se suspendió todo tipo de planificación familiar y reducción de nacimientos. Mao volvió a ser líder del partido, pero fue sustituido por el viceprimer ministro Deng Xiaoping ese mismo año, en un golpe de estado para restablecer el poder.

Zhōu Ēnlái
周恩来 Zhōu Ēnlái

Esto hizo empeorar la situación demográfica con el auge de matrimonios jóvenes y embarazos que acabó despertando otra vez la alarma en el país, hasta que, en julio de 1971, el gobierno de Zhou Enlai puso en marcha una nueva campaña de planificación familiar que se prolongaría más allá de 1976 dando paso a la del Hijo Único. Era más seria en sus objetivos, estaba mejor organizada y contaba con el respaldo de los principales dirigentes, Mao incluido, escribiendo que: “El crecimiento de la población debe ser objeto de control por todos los medios posibles”. Parte de la iniciativa de esta campaña se dejó en manos de las provincias donde algunas medidas podían variar de manera puntual (por ejemplo, la edad del matrimonio), pero desde el Gobierno central se fijaron objetivos anuales.

Esta política no se aplicó de manera uniforme a todas las minorías étnicas de China. Algunas minorías étnicas en China estaban exentas de la política del "Hijo Único" desde el principio. Sin embargo, las minorías étnicas en China a menudo enfrentan desafíos demográficos diferentes a los de la mayoría de la población normal.


Lo novedoso, aunque menos visible en esta campaña (sí más adelante), fueron el uso de prácticas coercitivas por parte del régimen, herederas de las primeras medidas de disuasión de la campaña de los años 60, que no llegó a funcionar. Aunque fueron incluidas de manera aislada al principio y luego más constante con el paso del tiempo, las autoridades de Pekín empezaron a ejercer una presión social para garantizar el efecto de sus políticas antinatalistas, esas medidas de disuasión eran las siguientes:

  • Se prohibieron los beneficios de maternidad a partir del tercer hijo en las áreas urbanas y se recortaron los cupones para necesidades básicas (alimentos, vivienda) a familias con más de dos hijos y se amenazó de expulsión de la universidad o formación profesional a los estudiantes que contrajeran matrimonio antes de finalizar los estudios.
  • En las zonas rurales, la tolerancia era mayor pero también se ejercía la misma coacción a las parejas que superaban los tres hijos, para convencerlas de que los dos eran responsables de la anticoncepción, que los hombres debían cambiar su actitud hacia la esterilización masculina, y cambiar la mentalidad respecto al sexo de los hijos y convencerles de que las niñas eran igual de valiosas que los niños.

Por otro lado, las familias que optaran voluntariamente por cumplir la norma de tener dos o menos hijos, eran favorecidas por el gobierno, con mayores beneficios sociales tales como:

  • Si uno de los conyugues optaba por la esterilización, se podían obtener promociones laborales, y por tanto incrementos de sueldo.
  • Se impulsó el uso de métodos anticonceptivos, y de tres tipos de intervenciones de manera gratuita: el dispositivo intrauterino (DIU), la vasectomía y el aborto, que eran recompensados entre una y tres semanas de baja laboral con sueldo.

En 1977 después de la muerte de Mao Zedong, el primer ministro Zhou Enlai había impulsado una campaña basada en la idea de “uno es lo mejor, dos como máximo”, y si se tenía un tercer hijo se penalizaba con multas a la pareja. Se llegó a la conclusión de que la política de dos hijos heredada del primer ministro, debía ser descartada, y a raíz de la cúpula dirigente anterior de Hua Gofeng que, siguiendo las recomendaciones de una Conferencia Nacional de Planificación Familiar en 1978, y también con la celebración del Congreso Nacional Popular que tuvo lugar poco después, se decidió propagar a todos los niveles administrativos, una política de un solo hijo por familia. Con la nueva cúpula dirigente del parido con Deng Xiaoping al mando, el 1 de enero de 1979 se puso en marcha oficialmente una medida conocida oficialmente como: Política de Planificación Familiar o de Nacimientos que se conoce mundialmente como la Política del Hijo Único.

Dèng Xiǎopíng
邓小平 Dèng Xiǎopíng

Estructura de la Política del hijo único y medidas implantadas

El órgano oficial encargado de llevar a la práctica esta política fue la Comisión Nacional de Planificación Familiar (CNPF), creada en marzo de 1981, basándose en la nueva idea, contraria a las demás campañas de población de “animar a cada pareja a tener solo un niño”. El gran objetivo de esta política era limitar la población de China a 1.200 millones de personas para el año 2000 y poder alcanzar un crecimiento cero de población para esa fecha. Esta política conllevaba que las parejas, tanto de las zonas urbanas como de las rurales, fueran autorizadas a tener un solo hijo siendo recompensados con un certificado “del hijo único” y cada pareja en edad fértil tenía derecho a obtener métodos anticonceptivos de forma gratuita y operaciones destinadas a frenar los nacimientos (abortos, esterilizaciones…).

La estructura que sigue esta política es de tipo jerárquico, es decir, a través de las Directivas del Partido en materia demográfica, el gobierno central establece a través de la CNPF (institución que tiene rango ministerial desde 1982) unos objetivos demográficos, unas pautas para poder alcanzarlos y una propuesta de nuevos métodos que permitan conseguirlos. Esta información es delegada a los gobiernos provinciales que tienen su propia Comisión de Planificación Familiar , las cuales delegan parte de las responsabilidades en las unidades administrativas más pequeñas (prefecturas, distritos, cantones) y a una escala inferior en ciudades y pueblos se encuentran las Oficinas de Planificación Familiar, divididas en comités que actúan en barrios, vecindarios, lugares de trabajo etc.


Para asegurarse el cumplimiento de sus objetivos, el gobierno central monitoriza y controla la labor de los funcionarios responsables (cuadros del partido) de la planificación familiar en las escalas provincial y local para que cumplan las cuotas de nacimientos establecidas en su área de actuación. A partir de 1991 existe un sistema de responsabilidad para los funcionarios a la hora de llevar a cabo el control demográfico, donde el estado ejerce un control absoluto sobre la carrera política de estos funcionarios y los somete a una fuerte presión para que lleven a cabo su tarea.

Las medidas implantadas en esta política fueron variando un poco a lo largo de la política y según la zona de actuación si era urbana o rural. Se dividían en tres ejes: persuasión, coacción y sanciones. Este tipo de medidas hacía que la obligación de tener un solo vástago se viera cumplida, aparte de la presión social ejercida por el estado, también mediante propaganda a lo largo de los primeros años de esta política, (ver en el anexo carteles de propaganda) así que se desarrollaron una serie de recompensas y sanciones divididas en categorías según el cumplimiento o incumplimiento de las normas.

Las recompensas y las sanciones variaban un poco entre las provincias más urbanas con grandes ciudades y las zonas rurales más al interior o remotas. En todas las provincias las recompensas se dividían en tres categorías:

  • Vacaciones pagadas y se aumentaba el número de días de vacaciones de los que se disponía al año.
  • Beneficios económicos que los padres recibían sobre cuidados sanitarios gratuitos hasta que el hijo cumpliera los 14 años (en una época donde la sanidad china estaba privatizándose rápidamente)
  • Ventajas sociales: el hijo único gozaba de preferencia de admisión en una guardería, en preescolar, educación elemental y superior y en el futuro estaba establecido que tendría mayores facilidades para entrar en la universidad y encontrar trabajo.
  • A los padres con un solo hijo se les otorgaba una prima mensual que se añadía a su sueldo y gozaban de privilegio a la hora de optar a un trabajo o una promoción laboral y se les aseguraba de poder recibir pensión completa al jubilarse y un pequeño subsidio.
  • Aparte de estas medidas había unas complementarias en función de la localización de la provincia, si eran grandes ciudades o provincias más del interior y rurales:
  • En las ciudades se les premiaba a los que cumplían la norma de un hijo por pareja, con la preferencia en la asignación o reparto de viviendas y en la medida de lo posible la entrega de un piso equivalente al que recibía en el pasado una familia con 2 hijos.
  • En las áreas rurales se les premiaba además con una entrega de lotes de tierra mayores, una ayuda en puntos que a final del año revertía en dinero y la disminución de impuestos sobre la producción que obtenían del cultivo de sus tierras.

En cuanto a las sanciones por incumplimiento de tener un solo hijo eran de tipo económico y consistían en multas y reducción de salario de los padres con el fin de compensar los gastos sociales que ocasionaban al estado los hijos sobrantes.

  • Las multas podían suponer la reducción del salario de varios meses e incluso un año o más y la reducción del sueldo del padre y de la madre podía ser entre el 10 y el 30%, que en ambos casos suponía una pérdida de poder adquisitivo de las parejas.
  • Privación de ventajas sociales como, la pérdida de tierras en caso de familias campesinas ya que la tierra pertenece al estado en gran parte. Degradación laboral, en caso de los funcionarios, pérdida de la categoría funcionaria y negación de beneficios como el permiso de maternidad cuando nace el hijo. (Estas sanciones se aplican en muchos casos durante el embarazo no planificado de la mujer, pero se devuelve a la pareja toda la suma y los beneficios perdidos si se opta por abortar).

Conclusiones

En 2015, China relajó esta política y permitió a las parejas tener dos hijos. ¿La razón? China se dio cuenta de que necesitaba una población más joven, pues enfrentan desafíos demográficos serios, como un envejecimiento de la población y una disminución en la fuerza laboral. Esto afecta la economía y el sistema de seguridad social. La población envejece más rápido de lo que se puede reemplazar, lo que plantea cuestiones económicas y sociales de gran importancia.

Aunque la actual política de “dos hijos” puede parecer una victoria para la libertad reproductiva, no es tan simple. Algunos chinos prefieren tener menos hijos debido a los altos costos de criarlos, las presiones profesionales y las viviendas más pequeñas en las ciudades.

Espero que hayas disfrutado de esta pequeña explicación sobre la política demográfica de China. Si quieres aprender más sobre este y otros temas interesantes, asegúrate de seguirnos para aprender otras curiosidades.

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